Hoy me siento muy afortunada… No, no me ha tocado la
lotería, para eso tendría que echarle. Pero, os lo repito: me siento
afortunada. Y es que hay una frase muy manida que dice: quien tiene un amigo,
tiene un tesoro. Y por eso hoy me siento la persona más rica del mundo. Hecho
la vista atrás y recuerdo a todas las personas que he conocido en mi vida y con
las que sé que a pesar de la distancia, el tiempo o las circunstancias podría
contar siempre.
Bueno, como no os quiero aburrir con la importancia de la
amistad y lo mucho que significa conservar a esas personitas que llamamos
amig@s, voy directamente al grano para que lo entendáis todo mucho más rápido.
En mi anterior post os lo decía, el verano hay que
exprimirlo al máximo. Para mí suele ser una época de reencuentros. Y
precisamente, estos son los dos conceptos que uní hace un par de semanas:
reencuentros y amistad. ¡¡Imaginaos la bomba resultante!!
Las cuatro amigas que hace unos años optamos por la
profesión más bonita nos reencontramos hace unas semanas en la Costa del Sol. En Marbella. Pero antes de traeros
un trocito de sus playas, dejarme que os presente a alguien.
Se trata de mi amiga Joana que, al igual que yo, ha decidido embarcarse
en este curioso y apasionante mundo bloguero. Os animo a que conozcáis su blog:
My fair lady. En él podréis viajar, saborear o estar a punto para cualquier
momento del día o de la noche. Bueno, pues ahí os lo dejo. Espero que os guste
tanto como a mí. Ya me contaréis que os parece mi propuesta
Hoy, sin su permiso, os voy a mostrar un lugar exclusivo que
conocimos de su mano en la costa marbellí durante nuestro reencuentro. Un sitio
para relajarse en Marbella. No sé si alguno había pensado en pasar sus
vacaciones en la Costa
del Sol, pero para los que lo tengáis en la lista de tareas pendientes, aquí va
un capricho al que los más osados no podréis negaros.
Trocadero. Así se llama. Es un restaurante en la playa. Los
precios son bastante elevados, por lo que nosotras optamos por degustar sus
deliciosos cócteles hechos con fruta fresca. Una delicia para el paladar, os lo
aseguro. La variedad es muy amplia: coco, piña, horchata, fruta de la pasión,
melón… o todo a la vez.
El sitio, en primera línea de playa, tiene unas vistas
fabulosas del mar, que es posible admirar tumbada… a más puro estilo princesa
por un día. Y es que… ¡todos nos merecemos un caprichito!
Como os digo, no es el low cost que todos buscamos, pero un
día es un día. Y hoy, como os digo, me siento afortunada. ¡¡¡Gracias amig@s!!!