jueves, 7 de marzo de 2013

Sevilla conquista por el estómago



Cinco años dan para mucho. Cinco años en Sevilla dan para muchísimo. Mi cometido durante ese tiempo era estudiar pero tuve, por supuesto, momentos para captar la esencia de la ciudad andaluza a través de todos los sentidos. Sus gentes, sus costumbres, su ambiente, sus sabores… Y éstos últimos son los que os quiero presentar hoy. En concreto, los de uno de mis lugares de tapeo favoritos en la capital de Andalucía. Os presento La Taberna LosColoniales.

Y antes de nada adelanto que se trata de un ‘low cost’, pero con una excelente selección de platos. Así que en plena crisis no tenéis que preocuparos del precio para disfrutar de un buen manjar. Imagino que los lectores sevillanos y algunos de los que hayan visitado la ciudad conocen el lugar. Pero para los que tengan pendiente la visita os recomiendo la taberna si queréis llenar la panza a muy buen precio.



Sí sí, como lo leéis: llenar la panza. Y es que la tapa ronda los tres euros, al menos cuando yo frecuentaba el lugar, porque probablemente el precio haya subido un poco. Pero no demasiado, no os asustéis. Además se trata de una señora tapa. De esas que hay que llamarlas de usted.

Os comento una curiosidad al respecto. La primera vez que fui, lo hice con un amigo. Ambos éramos nuevos en el sitio y a ambos nos lo habían recomendado por activa y por pasiva. Nada más sentarnos comenzamos a leer y se nos hacía la boca agua con la descripción de cada plato. Una vez decidido, llamamos a la camarera (recuerdo que era una chica, bastante simpática) y le hicimos el pedido. Cuando íbamos por la mitad, nos interrumpió para preguntar: ¿Es la primera vez que venís a la taberna? Afirmamos. Y ella nos sonrió como pensando: vaya dos ‘atontaos’. Nos explicó que las tapas, aunque fueran solo tapas, tenían un tamaño considerable. Y nos aconsejó sobre qué comer y, por supuesto, el formato a elegir. Algo que agradecí enormemente por mi economía y por mi bienestar intestinal.

Ahora es como si yo hiciera de esa camarera dando consejos a través de la brújula para que, los que tengáis oportunidad, disfrutéis de una excelente comida sevillana.  En el menú hay de todo y para todos los gustos. Pero yo os hago mis recomendaciones. Por supuesto, la estrella: el solomillo al whisky. Muy típico en el tapeo hispalense. Alguna vez he visto recetas y hay quien lo hace en casa, pero el sabor nunca es el mismo que el de las tapas de Sevilla. Pienso que tienen un pacto para no revelar el secreto y que continúe siendo un atractivo de su gastronomía. Pero no solo preparan el solomillo al whisky, también al roquefort, la castellana, con almendras… y siempre acompañado con patatas panaderas en platitos de barro.

Tapa de Solomillo al whisky

Otro clásico de los coloniales que no os podéis perder son sus tablas. Mi preferida es la se salmorejo, jamón y huevitos de codorniz. Todo sobre pan de pueblo tostado. El precio de las tablas suele rondar los siete euros, pero en ella pueden meter el tenedor más de uno y más de dos. Por otro lado, aconsejo también el cuenco de salmorejo o el roquefort dulce con moras… para untar. Un típico de Sevilla y, por supuesto de los Coloniales, son los calamares del campo. No, no es pescado. Se trata de aritos de cebolla y pimientos, pasados por harina y fritos. Buenísimo aperitivo. ¿Se os ha hecho la boca agua? Yo ya estoy salivando.
Cuenco de salmorejo.



Tabla ibérica y roquefort dulce con moras.
En Sevilla hay dos tabernas Coloniales. Ambas bastante céntricas. Una en la Plaza Cristo de Burgos y la otra en la Calle Fernández y González (paralela a la Avenida de la Constitución, la de la Catedral). Yo he frecuentado más esta segunda. Quizá por esa coincidencia del nombre de la calle con mis apellidos.

El sabor de los platos importantísimo, pero el trato de los camareros tampoco hay que olvidarlo. Y es que, a veces, un camarero puede hacer que el mejor plato del mundo amargue. En este sentido los coloniales son de sobresaliente. El trato y la rapidez de los camareros garantizan esta nota. Además es muy habitual que te despidas con alguna ronda de chupitos por cortesía de la casa.

Las horas punta de la comida y la cena suelen ser clave. La afluencia de público es enorme, por lo que igual toca esperar un poquito. Yo recomiendo acudir en torno a la una del mediodía o a las nueve de la noche, si no quieres esperar una infinita cola. Aunque por otro lado, la fila avanza bastante rápido y puedes esperar en la calle abriendo apetito con una caña y un pincho.

He decidido que el postre no lo tomo en los Coloniales. De hecho, nunca solía hacerlo cuando frecuentaba el lugar. Vamos a caminar un poquito hasta la calle Zaragoza, pasando por Plaza Nueva. Y es que en esa calle se encuentra otro de mis rincones favoritos. Una heladería artesana: la Fiorentina. Hay helados de todos los sabores, que además se adaptan a cada época del año. Ahora que se acerca la semana santa y la feria los que os acerquéis podréis probar helados de pestiños, torrijas e, incluso, de flor de azahar. Yo soy más de clásicos y mi recomendación es: manzana verde y limón con hierbabuena. Una mezcla irresistible.


 Y aquí me despido por el momento, esperando que escuchéis la llamada de vuestros estómagos y disfrutéis de un excelente manjar andaluz.

1 comentario:

  1. Hola Marian! Creo que artículo es espectacular. No me cabe duda que tu vivencias se han parecido bastante a las mías. Yo viví en Sevilla "bastantes años" y creo que en todo coincido contigo. Sólo hay una cosa de tus palabras que me duele en el alma. No me parece normal que hayas olvidado a unos de los lugares con más encanto de toda la ciudad. Como no nombras al mejor bar y a las mejores tapas. Sólo te nombro el lugar y tu opinas: LA BALLENA !

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